viernes, 16 de mayo de 2014

Sin miedo al Lupus

A veces queremos las cosas que nos hacen daño, ese delicioso pastel de chocolate que sabemos que nos engorda pero nos encanta, ese amor imposible pero que nos hace sonreír, el punto es que son pequeños placeres que nos muestran como prohibidos pero que nos dan una pequeña felicidad.

Bueno, con el lupus pasa lo mismo, desde que te diagnostican te dicen, no puedes hacer esto, no puedes hacer aquello, está prohibido esto, ahora tienes que cuidarte, cuidarte, cuidarte y es totalmente lógico solo nosotros mismos vivimos con esto y tenemos que cuidarnos a diario, pero que seria de la vida sin esos pequeños detalles que muchas veces se nos prohíben, cuando me diagnosticaron me dijo el doctor “te queda prohibido irte a la playa a broncearte” en modo gracioso claro, trataba de hacérmelo más fácil, desde ese día, supe que todo en mi vida sería diferente me explicaron que yo era como una muñeca de porcelana y que debía cuidarme mucho, que el sol seria de ahora en adelante un enemigo mío, una noticia nada grata, ¿cómo puede una flor vivir sin la luz del sol? L desde ese momento deje pasar muchas cosas, no salía a piscina porque ese tipo de salidas implicaban mucho sol y si salía,  salía tan cubierta de pies a cabeza que nadie distinguía quien estaba debajo de tanta ropa >.< , no podía salir a caminatas, no podía salir a bailar, mi cuerpo no resistía tantas cosas que lo mejor para mí era buscar la manera de entretenerme estándome quietesita y lo hice, perdí muchas experiencias en parte de mi adolescencia, algunas veces no salía no solo por el sol, también porque no me sentía bien y otras veces por mi aspecto, mi cara roja, hinchada y llena de eritemas me hacía sentirme el centro de las miradas y preguntas al salir y era una de las razones por las que no lo hacía, sin embargo pasaron tantos años y al pasar por una mejor etapa empecé a desear con muchísimas ganas las cosas que nunca hice, anhelaba la aventura y me dije a mi misma “ mi misma tienes que vivir” jeje hice un trato con el lupus, sabía que si salía a una caminata estaría molestando en la noche, tendría dolor y hasta lloraría, pero me prometí aguantar busque la manera de hacerlo más llevadero, (medicamentos para el dolor, cremas que me relajaran los músculos, etc) pero no quería seguir perdiéndome de tantas cosas que me ofrecía el mundo a veces se siente tan horrible e injusto sentir todo el dolor como si fuera un castigo por haberme divertido, por haber estado feliz durante todo el día, así que invente mi propio kit de supervivencia lupica  e hice todo lo posible por salir,  por divertirme, por ver el sol y decirle  “hoy no me vas a arruinar el día” , a veces quedaba tan blanca de tanto protector solar que me ponía, que parecía un panecito lleno de azúcar, era graciosa pero se sentía bien, quizás no tenga muchas fotos de lo que he hecho, pero solo yo veo en mis propios recuerdos las imágenes como fotografías increíbles de las hermosas playas, los magníficos amaneceres y el olor de las montañas y los árboles frutales, los hermosos peces, corales y la sensación del viento en mi rostro, y algunas veces adrenalina y nervios, pero nervios de emoción :D , son pasos pequeños lo se, pero para mí han sido grandes pasos en mi vida, pasos hacia la libertad de esta enfermedad que una vez me hizo prisionera, tengo en mi memoria muchos espacios más guardados para las maravillosas cosas que espero hacer.


NO me quiero detener por que en mi diagnostico diga que estoy enferma, quiero hallar la manera de hacer posible todos mis sueños a mi manera, a mi propio ritmo, en esta vida que me toco vivir he de buscar mi propio equilibrio, se lo que me hace daño, pero también sé como contrarrestarlo, como ser feliz sin que todo eso que una vez me dijeron que no podía hacer me detenga.